Tras un proceso judicial que se extendió por casi dos décadas, la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca – CAR logró recuperar un predio ubicado en la vereda El Verjón Alto, en zona rural de Bogotá, luego de que el Tribunal de Cundinamarca confirmara la decisión de primera instancia proferida por el Juzgado 45 del Circuito, que reconoce a la CAR como única propietaria de dicho terreno de uso público.

Todo se remonta a 1996, cuando la CAR adquirió este predio mediante compraventa al Departamento de Cundinamarca con fines de conservación, como quiera que se trata de una zona de páramo que hace parte de la cuenca del río Blanco y alberga importantes especies de flora altoandina que cumplen funciones y servicios ecosistémicos relevantes.

Adicionalmente, este predio posee un valor ancestral, ya que es reconocido como territorio muisca (resguardo Saque), con presencia de lagunas sagradas muiscas donde en el pasado se realizaban ceremonias indígenas y era lugar de peregrinación y observación astronómica de los pueblos que la habitaron. Incluye además el denominado Camino Real Soachí, con un tramo de 1.775 metros dentro del predio.

Pese a ser propiedad de la CAR, como consta en la Escritura Pública 3631 del 12 de diciembre de 1996, este predio fue ocupado en 2005 por un particular bajo el argumento de posesión material como “señor y dueño” alegando que este terreno le perteneció a su familia por varias generaciones.

Esta reclamación de posesión estuvo acompañada de varias acciones de hecho por parte de los ocupantes y de una demanda contra la Corporación. En febrero de 2020 se conoció el fallo del Juzgado 45 del Circuito, de primaria instancia reconociendo a la CAR como la única propietaria de dicho terreno de uso público.

Tras la apelación interpuesta por el particular, la CAR enfocó su defensa judicial en la demanda en reconversión y ganó el proceso reivindicatorio. En junio de 2024, el Tribunal Superior de Bogotá confirmó la sentencia de primera instancia, tras lo cual, el pasado mes de julio el particular, acatando la orden judicial, inició el proceso de entrega del inmueble.

“La recuperación de este predio representa para la CAR la oportunidad de proteger, restaurar, conservar un área de páramo y honrar su compromiso de promover la gobernanza ambiental del territorio a partir de áreas de alto valor ecosistémico.”, explicó Alfred Ballesteros, director general de la CAR Cundinamarca.

Con este logro, la CAR podrá además generar espacios de apropiación social con las comunidades, especialmente de educación ambiental con enfoque etnocultural, el rescate de saberes ancestrales, la reconstrucción de tejido social desde los saberes y tradiciones y la valoración ambiental de un ecosistema que tras casi 20 años vuelve a manos de la Corporación.

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