Este viernes la Corte Penal Internacional (CPI) emitió una orden de arresto contra el presidente de Rusia, Vladimir Putin, por la deportación de niños en zonas de Ucrania ocupadas por Rusia.
También emitió una orden de detención por el mismo motivo, considerado como un crimen de guerra, contra Maria Alekseyevna Lvova-Belova, comisaria presidencial para los Derechos de la Infancia en Rusia, precisó el tribunal con sede en La Haya en un comunicado.
Putin «es presuntamente responsable por el crimen de guerra de deportación ilegal de población (de niños) y el traslado ilegal de población [de niños] de las zonas ocupadas de Ucrania hacia la Federación de Rusia», manifestó el tribunal.
El Kremlin negó cualquier valor jurídico a la orden de detención emitida por la Corte Penal Internacional.
«Rusia, como cierto número de Estados, no reconoce la competencia de ese tribunal, y en consecuencia, del punto de vista de la ley, las decisiones de ese tribunal son nulas», declaró el portavoz del presidente ruso, Dmitri Peskov.
Por otro lado, desde Ucrania se pronunció el ministro de Relaciones Exteriores, Dmytro Kuleba.
«Las ruedas de la justicia están girando: aplaudo la decisión de la CPI de emitir órdenes de arresto para Vladimir Putin y Maria Lvova-Belova por el traslado forzoso de niños ucranianos. Los delincuentes internacionales serán responsables de robar niños y otros delitos internacionales», sostuvo Kuleba.